PR_ENTREGA PARCIAL 1
Mi proyecto final tiene como punto de partida la historieta que presenté como entrega parcial en la PEC2 y que me encantaría que fuese el germen de un proyecto personal más a medio plazo.
Todo nace de la inspiración del cómic «Las Meninas» de Javier Olivares y Santiago García (si no lo habéis leído os lo recomiendo como una joya preciosa del panorama del cómic nacional), y que, como he comentado, tengo como proyecto a futuro realizar algo parecido sobre Caravaggio.
La figura de Caravaggio (o su obra mejor dicho) me tiene obsesionado y me gustaría utilizar su «aura» de maldito para lanzar una reflexión algo más pausada sobre el arte en sí.
Comparto aquí, de forma resumida, algunas reflexiones que incluí en mi Dossier en la escritura reflexiva de la entrega final de la PEC2:
«Caravaggio gozó, se puede decir, de reconocimiento durante su vida (otra cosa es cómo lo gestionara). De hecho, creó escuela y en cierto modo trascendió su obra ya en vida, siendo imitado su estilo por artistas contemporáneos (no por nada a Ribera lo llamaban el Caravaggio español). Si bien es cierto que luego cayó en el más absoluto olvido durante tres siglos (“hasta que lo rescatara para el público el crítico Roberto Longui hacia 1920, quién reconoció su influencia “sobre todo el siglo XVII e incluso más allá, hasta Delacroix, Géricault, Courbet y Manet” …/… “ O Giuliano Briganti, secretario de Paul Valery, quien escribió que “lo que después del Renacimiento comienza con Caravaggio es sencillamente la pintura moderna”. CARAVAGGIO” de Gilles Lambert, ed. Taschen colección sacada por El País, página 8), puede decirse que vivió la denominada “fama del artista” en vida (repito, otra cosa es cómo la despilfarrara).
Pero ¿pintó Caravaggio exactamente lo que quería en cada momento? ¿Es el arte precisamente eso, pintar lo que se quiere y cuándo se quiere? Debemos contextualizar al menos un poco, pues en aquella época el mecenas lo era todo, y cuando hablamos de mecenas, más allá de particulares, existía un gran mecenas goloso: la Iglesia católica, y como tal el arte sacro marcaba la línea a seguir. Pues bien, para mí Caravaggio refleja a la perfección lo que debe ser el arte, pues incluso en los encargos más prestigiosos, incluso cuando su fama estaba en todo lo alto, era capaz de darle al cuadro el toque transgresor, la marca personal, que hacía que no existiese sometimiento del artista al mecenas (pienso en los encargos de la Virgen de Loreto o en el de La Virgen de los Palafreneros, donde precisamente cuando recibe un encargo para San Pedro, como dice Longui “en el momento donde se le ha hecho el más claro llamamiento a la responsabilidad y a su ambición, Caravaggio se siente empujado a la interpretación más brutal” – CARAVAGGIO” de Gilles Lambert, ed. Taschen colección sacada por El País, página 75- . Quiero pensar que eso, o al menos para mí, eso es arte. Saber siempre cuál es tu estilo, qué quieres transmitir, y no doblegarte al mero mecenazgo o encargo vacío. El artista, creo, debe ser lo opuesto a lo que hoy en día son las IA. No pretendo romantizar la figura de Caravaggio, pero sí su obra. Al menos a mí me resulta inspiradora».
Para el proyecto artístico final, se proponen dos opciones, y en la B se habla, entre otras posibilidades, de entregar un mínimo de 8 viñetas y eso es justo lo que quiero hacer: hablar sobre el arte sin mecenas, si es posible éste, y relacionarlo con la rebeldía de Caravaggio incluso cuando más cotizado estuvo.
Estoy trabajando sobre todo en bocetos, estructura de esas 8 viñetas, y tratando de elegir cuidadosamente el hilo conductor del que pretendo que sea un proyecto más grande.